viernes, 2 de diciembre de 2011

Una nueva fórmula para salir de la crisis...

Assange Vs. Zuckerberg

XXVI Jornadas de Alicante sobre Economía Española, “Diez medidas para resolver la crisis del Euro” y El Roto.


Desgraciadamente no he podido asistir a las XXVI  Jornadas sobre Economía celebradas en la Universidad de Alicante los pasados  10 y 11 de Noviembre, sin embargo, sí he podido discutir y contrastar diversas opiniones con mis compañeros relativas al contenido, la forma y el fondo de las charlas. Por ello, aunque no puedo dar una opinión directa, sí puedo asumir el rol de observador y quedarme con las ideas principales.
Una de las ponencias que casi todos recuerdan es la llevada a cabo por D. José Carlos Díez (economista jefe de Intermoney), quien expuso (para unos de forma magistral, para otros no tanto) una interesante visión sobre hacia dónde deberíamos movernos en un futuro próximo en su charla titulada “Diez medidas para resolver la crisis del Euro”.
Dado que en esta ocasión actúo como observador, y dado que recientemente se ha publicado el libro (cómic) de El Roto (Andrés Rábago García, conocido por los seudónimos de Ops y El Roto, historietista y humorista gráfico español nacido en Madrid en 1947) titulado “Viñetas para una crisis”, me he preguntado cómo se verían las medidas antes aludidas desde el prisma ácido de este genial autor… el resultado podría ser algo tal que así:

1º Acabar con el maniqueísmo
 
2º Reestructurar Grecia

  
   

3º Acabar con el contagio
  
 
4º Monetizar deuda pública

 
 
5º Parar la austeridad fiscal

6º Monetizar deuda bancaria


7º Acabar con la desintegración financiera



8º Recapitalizar al sistema bancario

9º Resolver los desequilibrios locales

10º Realineamiento cambiario
 

Finalizo con una nueva propuesta para salir de la crisis….

UN SALUDO!









jueves, 27 de octubre de 2011

La solución a tu economía particular puede pasar por la solución a la Conjetura de Goldbach.

Corren tiempos aciagos para las economías domésticas, a nadie le resultan ajenas expresiones como “no puedo con mi hipoteca”, “esta crisis me ahoga”, “no llego a fin de mes”, etc. La salida de esta situación admite soluciones varias con una efectividad y un tiempo de resolución  variables (en algunos casos no resolubles en tiempo polinomial), una de estas salidas puede ser laboral, como aumentar tu productividad, ser proactivo e innovador en tu empresa y esperar que se te valore (cosa que cada vez es más difícil en este país), y otra azarosa que involucra directamente a los caprichos de una entidad suprema que juega a los dados casi siempre en tu contra.

Pues bien, en esta primera entrada voy a proponer una tercera vía a medio camino entre las dos anteriores ya que, si bien es más inmediata que la primera propuesta, me temo que requiere de cierta ayuda divina para el vulgo en general: Resolver aquellos problemas que la matemática lleva siglos sin solucionar, y, de paso, sacar tajada.

Y es que recientemente me encontraba en una conocida tienda de libros cuando me topé con uno que llevaba tiempo en mente, titulado “El Tío Petros y la Conjetura de Goldbach”. El lanzamiento de este libro allá por el año 1998 tiene una historia curiosa que hila perfectamente con la introducción al tema que tratamos hoy y me dará pie a exponer uno de los problemas más hermosos (bajo mi criterio, claro, admito que alguien me diga que Charlize Theron es más hermosa) que la matemática no ha podido resolver en casi 270 años (por lo menos, que yo sepa). Pues bien, como decía, en el lanzamiento del susodicho en Inglaterra, a la editorial de marras se le ocurrió la brillante idea de ofrecer un millón de libras a quien resolviera la Conjetura de Goldbach en un plazo de 2 años (y de paso promocionar así su lanzamiento, ya que me vais a permitir que dude de los intereses que en el desarrollo de la teoría de números puede tener esta editorial).

Quien tenga cierta afición por la resolución de este tipo de problemas verá que en la mayoría de los casos parten de premisas simples, por lo que las condiciones de partida son fácilmente entendibles por el común de los mortales, lo que provoca auténticas congregaciones de aficionados (y no tanto) que debaten y prueban suerte de forma conjunta o independiente, a veces de forma desinteresada, otras (las menos), para llevarse o repartirse el pastel.

En este caso, por supuesto, creo que hablo en nombre de todos cuando afirmo que el millón de libras de premio no es para nada desdeñable por mucho que tengas inquietudes que van más allá de lo monetario (a no ser que seas el Sr. Grigori  Yakovlevich Perelman, quien renunció a su premio de un millón de dólares tras resolver la Conjetura de Poincaré, pendiente de resolución desde 1904, pero ese es otro tema).

Y aquí se presenta el problema en cuestión:
Tal y como figura en el texto de Javier Cilleruelo Mateo titulado “El diablo de los números”, en una carta dirigida a Euler y fechada el 7 de Junio de 1742, Christian Goldbach (1690-1764) afirmaba haber observado que todo número par mayor que 2 podía escribirse como suma de dos primos (esta es, en sí, la Conjetura de Goldbach, simple, ¿no?); y que todo número impar mayor que 5 se podía representar como suma de tres. Pues bien, la resolución de la conjetura de Goldbach está considerado como uno de los problemas más inasequibles de las matemáticas.
Parece una broma el que un problema de enunciado tan sencillo sea inaccesible con las herramientas matemáticas tan poderosas con las que se cuenta hoy en día.
La carta original a la que se alude anteriormente se recoge a continuación y es, como podemos observar, la típica carta entre colegas donde se cuentan sus batallitas del último fin de semana.

Carta de Goldbach a Euler

La conjetura ha sido verificada para todos los números pares menores que 4 × 1014 por el prof. Joerg Richstein (1998).

Por tanto, y como conclusión a esta primera entrada, os animo a “probar suerte” con este problema… únicamente se necesita algo de lo que todo el mundo dispone, una dosis suficiente de ingenio (y cierta base matemática).  
Si alguien me arroja algo de luz, se lo agradeceré. Si no, ¿lo intentamos con la Conjetura de los números primos gemelos?.

Un saludo!